24 mayo, 2006

Relato: LA MUDANZA DE MI AMIGO ROLAND

El día que me lo presentaron, supongo que por inesperado y certero, por su comentario sobre mis anteriores trabajos me convirtió en su más incondicional beato. Con este hombre acromático, que se meaba en la socorrida escala de grises, lo digital tomaba forma; o lo adorabas o se te enquistaba en las vísceras.

Mantenía con la prisa unas relaciones muy liberales, de cincuentón pervertido con lolita viciosa, que según la luz de la mañana cogía bien un tono cómico o bien de de rosario de la aurora. Precisamente en eso días de borrasca, trataba de olvidar a la prisa con su hobby favorito, la realidad. La podaba, la estiraba, la deformaba, la florecía o la marchitaba a su antojo. Adoraba esa afición y siempre, cuando pagaba en la oficina el mes de Primitiva, apremiaba con el mismo discurso: " ¡A ver si espabiláis un poquito y rellenáis una de seis como Dios manda que me retire y me pueda dedicar a la realidad!". Se sentía seguro manipulando la realidad, incluso se le hinchaba la vena exhibicionista y nosotros nos aprovechábamos de su perversión. Nos volvió adictos al dolor de mandíbula en grupo.

Es hombre de goretex, por el que los malos tragos resbalaban, una víspera de Reyes no quiso quedarse a romper papeles de colores. No se escondió, ni se fugó, simplemente se mudó dejando en la mesa de noche su más técnico alarde de manipulación de la realidad:



Traducción (el cabrón lo escribió alemán):


Me he mudado.
ROLAND JACOB
14.8.1950 - 5.1.2006
Mi nueva dirección es:
Cementerio Rehalp, Forchstrasse 348, 8008 Zürich
Urn 4276

Espero visitas.


Gracias Roland, cuenta con ellas.

Relato inspirado en la nota del Daily Irrelevant, Galgenhumor.

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