"Pastel de oveja" es la última maqueta de este hiperactivo mc con sede en Zaragoza. El trabajo lo componen siete provocaciones ataviadas con un lenguaje elegantemente zafio. El hecho es que resulta paradójico el arte de rimar con gusto metáforas en las que las palabras sean "polla", coño", "mierda", "huevos"... Insulino es una suerte de Justo Gallego del rap; necesita hurgar en la basura para llevar a cabo su obra.
A pesar de su maestría con el reciclaje, "Pastel de oveja" tiene varias vías de agua. La falta generalizada de buenas bases musicales en la maqueta unido a una forma de rimar a borbotones, como si fuese un metrónomo, no facilitan la digestión de buena parte de los cortes. Pasado el momento de "¡qué buenas letras hace el cabrón este!", te encuentras frente a temas machacones y de ritmos predecibles.
Como todas las obras, "Pastel de oveja" tiene sus altibajos. "P.O.P" es de esos temas prescindibles en todo trabajo, escrito por obra y gracia de los jugos gástricos, y con el que el mc y un grupo de colegas delimitan con claridad cual es el punto más bajo de su maqueta. Por contra, Insulino viste sus mejores rimas y nos estampa el "Expocalipsis" justo al final.
Resumiendo, Insulino es un malabarista del lenguaje, capaz de dar brillo y esplendor al dialecto de lo ordinario, pero mientras no cuide su cimiento musical y no se tome un par de Alka Seltzer antes de coger el boli estará condenado a grabar maquetas embrionarias.
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