22 enero, 2007

(CINE) MARIA ANTONIETA

Maria Antonieta ha sido el cebo perfecto para sacar de la cueva a una hipocresía que se sospechaba en un amplio abanico de ese selecto grupo de frustrados, conocidos como críticos cinematográficos. Si a la hora de afrontar la vida de María Antonieta escatimas con las personas equivocadasen rigor histórico, turbas enfurecidas y ensañamiento , es más que probable que el déficit de sangre se lo cobren exprimiéndote las vísceras. Francis debió advertir a su hija que hay ser muy mirado a la hora de esquilmar expectativas.

Sofia Coppola aborda la figura de María Antonieta con una delicadeza inesperada, tanto que este ascepticismo es considerado por muchos como una extravagancia que roza lo snob. La cinta no se sustenta en una adolescente lasciva incapaz de mantener sus rodillas medianamente próximas ni un par de días. La protagonista, confinada en una jaula de oro como es Versalles, sucumbe a un proceso de frivolización, magistralmente narrado y temporizado, más creíble que la versión oficial de ninfómana congénita. La aproximación que se hace de su esposo, Luis XVI, y en concreto de su presunta homosexualidad, también es delicada, sin humillación o reproches ni por parte de la directora ni de la propia María Antonieta.

La narración es encauzada por Sofia con un totalitarismo abrumante, no exento de "jogo bonito" como el dejar constancia al espectador de un salto en el tiempo empleando un cuadro. El ambiente viperino que se le presumía a Versalles ha sido envasado con sutileza de precisión, y a el se aferra la guionista, como quien se ata un brazo para dar fe de su superioridad. Tal vez el handicap de ceñir tanto la historia a prácticamente un escenario (Versalles) haya sido un recurso de la Coppola para sacar brillo a su ingenio, además de para concentrar el relato.

La selección musical (con temas de The Strokes, The Cure, New Order, Aphex Twin, etc.,) lógicamente vilipendiada por el equipo de puristas habitual, aporta frescura al filme, salvo en una ocasión, en la que la presencia de una suerte de samba que acompaña a la protagonista de regreso de una fiesta de máscaras es difícilmente justificable.

La película esta atiborrada de secuencias con una conductividad emocional de una naturalidad poco común, parte debida a la sobresaliente actuación de los actores implicados (mención especial para Kirsten Dunst y Jason Schwartzman) y parte atribuida a escenas que más parecen dibujadas que rodadas por lo acertado de los enfoques, luces, color, etc.

Distando mucho de ser una biografía, María Antonieta es una excelente película que trata sobre la forma en que una mujer, que casualmente formó parte de la historia, decidió zamparse una vida rellena de aire. RECOMENDADA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Musicalmente, muy buena (aunque anacrónica); estéticamente, hedonista; argumentalmente, una chabacanería egocéntrica de la hijísima.
Bueno, hemos coincidido en algo.
Por cierto, a ver si das señales de vida, puñetero, que te veo missing.

Saludos!