Apocalypto es una película con enormes desigualdades y es un mal trazo para alguien que quiera ser considerado artista. La desproporción salta a la vista al comparar la energía consumida en redactar e interpretar un guión en idioma Maya y la racanería con la que se ha cimentado la historia propiamente dicha. Es de suponer que el sr. Gibson, atrincherándose en los buenos resultados que le dio el resucitar lenguas muertas en su anterior obra (La Pasión de Cristo), ha tratado de repetir la combinación de golpes en este Apocalypto. Desgraciadamente la consistencia de un argumento no prende por el idioma empleado, por muchos años que lleve criando malvas.
Así pues, el guión de Apocalypto es de una simpleza y predicibilidad vejatoria lo que combinado con la longevidad del film (140 minutos) es como una patada en las espinillas de nuestra capacidad de atención. De hecho, si en otras ocasiones he de de moverme con discreción por el argumento de las películas que comento, en este caso podría toquetear las vísceras del guión sin neutralizar ningún giro inesperado de la historia.
El abuso de planos cerrados es marca de la casa y a estas alturas poco se puede hacer. Es cierto que estos encuadres permiten apreciar con nitidez el efecto de un hachazo pero su uso indiscriminado produce desorientación en el espectador (por ejemplo en escenas de persecución o en batallas donde no llegas a saber quien está llevando la voz cantante). Afortunadamente el uso de la cámara lenta, otro recurso fetiche del sr. Gibson, es moderado en Apocalypto, lo que he considerado como un acto humanitario muy de agradecer.
La ambientación tampoco me ha sobrecogido aunque estoy seguro de que aparecerá el impresionable que entrará en trance con el par de pirámides que se ven en la ciudad maya.
Con un guión enjuto y mal tallado, Apocalypto es una prueba empírica de que las buenas historias no tienen ni idioma ni se hacen con receta. PASANDO.
10 Levels of Jazz Guitar
Hace 5 años
1 comentario:
Pues la película no es perfecta. Pero definitivamente, la crítica es el oficio del que no tiene talento.
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