Las constantes y acertadas publicaciones de la editorial Global Rhythm permanecerán por décadas como respaldos perennes de la divulgación musical. El Premio Nacional 2008 a la mejor editorial es una prueba de que hace tiempo han pasado de los hechos a la acción. Entre sus apuestas, el jazz ha resultado ser uno de los grandes beneficiados. En su catálogo encontramos trabajos sobre Miles Davis, Bill Evans, Billie Holiday,... Tal vez por eso extrañe que al grueso de "Nostalgia De Charlie Parker" no le preceda una introducción digna, contundente, que enmarque perfectamente la época y los motivos que incitaron a Robert George Reisner. Exceptuando una breve nota explicativa al dorso, no hay una puesta en situación digna, en la que quede claro, por ejemplo, que el libro es de 1962 y por eso algunos comentarios del autor sobre los distintos protagonistas han quedado obsoletos.
Metiéndonos un poco más en materia, el libro no incumple, más de una docena de veces por desgracia, los compromisos adquiridos con el lector en la portada. Y es que en la fachada del libro viene perfectamente abreviado el contenido del libro: "La historia de Bird contada por Miles Davis, Max Roach,...".
No cabe duda que planteado así, no hay mucho que pensar; ¿qué día empiezo?. Sin embargo, hasta las mejores ofertas tienen letra pequeña, y dependiendo la insistencia y perversidad del criticante, dicha letra puede estirarse hasta lo estrictamente incomodo.
Sin duda, el varapalo más severo se lo debería llevar el sr. Reisner por fallar a puerta vacía. El arsenal de invitados con el que cuenta el bueno de Robert es para quitar el hipo, por eso es descorazonador leer los anémicos resultados de sus encuentros con la flor y nata del jazz. Sin meter nunca la quinta y con el coche achicado, recorremos casi 300 páginas de anécdotas repetitivas y con menos garras que un recién nacido. Son historias amontonadas con la dejadez que da saber que su solvencia radica en el hecho de haber sido relatadas por un buen puñado de insignes testigos de la vida del "yonki más famoso del mundo". Lo difícil era mandarla a corner pero hay estaba Mr. Reisner para recordarnos que no hay nada imposible.
"¡Vale tío!, ¿entonces qué hago?, ¿paso de pillarme el libro?". Por el momento dudo mucho que te veas abrumado por la cantidad de libros de jazz en español que hay, así que aunque sea por el rollito fetichista yo me lo compraría. Además, el trabajo de Reisner, si para algo vale es para recordarte que la igualdad entre seres humanos no existe. Bird no es el yonki de tu barrio. Bird le dio la vuelta al jazz y aunque algunas de sus fechorías saquen un cuerpo de ventaja a más de un asiduo a la Cañada Real, sus amigos aprovechan esta oportunidad para relativizar y edulcorar las constantes putadas del más genial de los saxo alto que ha sonado desde un escenario. Sí, a mi también se me ha venido a la cabeza Polanski.
Metiéndonos un poco más en materia, el libro no incumple, más de una docena de veces por desgracia, los compromisos adquiridos con el lector en la portada. Y es que en la fachada del libro viene perfectamente abreviado el contenido del libro: "La historia de Bird contada por Miles Davis, Max Roach,...".
No cabe duda que planteado así, no hay mucho que pensar; ¿qué día empiezo?. Sin embargo, hasta las mejores ofertas tienen letra pequeña, y dependiendo la insistencia y perversidad del criticante, dicha letra puede estirarse hasta lo estrictamente incomodo.
Sin duda, el varapalo más severo se lo debería llevar el sr. Reisner por fallar a puerta vacía. El arsenal de invitados con el que cuenta el bueno de Robert es para quitar el hipo, por eso es descorazonador leer los anémicos resultados de sus encuentros con la flor y nata del jazz. Sin meter nunca la quinta y con el coche achicado, recorremos casi 300 páginas de anécdotas repetitivas y con menos garras que un recién nacido. Son historias amontonadas con la dejadez que da saber que su solvencia radica en el hecho de haber sido relatadas por un buen puñado de insignes testigos de la vida del "yonki más famoso del mundo". Lo difícil era mandarla a corner pero hay estaba Mr. Reisner para recordarnos que no hay nada imposible.
"¡Vale tío!, ¿entonces qué hago?, ¿paso de pillarme el libro?". Por el momento dudo mucho que te veas abrumado por la cantidad de libros de jazz en español que hay, así que aunque sea por el rollito fetichista yo me lo compraría. Además, el trabajo de Reisner, si para algo vale es para recordarte que la igualdad entre seres humanos no existe. Bird no es el yonki de tu barrio. Bird le dio la vuelta al jazz y aunque algunas de sus fechorías saquen un cuerpo de ventaja a más de un asiduo a la Cañada Real, sus amigos aprovechan esta oportunidad para relativizar y edulcorar las constantes putadas del más genial de los saxo alto que ha sonado desde un escenario. Sí, a mi también se me ha venido a la cabeza Polanski.
No hay comentarios:
Publicar un comentario